Ferrari cierra 2025 sin victorias: el peor año de Hamilton en la Fórmula 1

Las expectativas no podían ser más elevadas cuando Ferrari arrancó la temporada 2025. La llegada de Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo, generó una ola de optimismo en Maranello y entre los tifosi de todo el mundo. Después de haber peleado codo a codo con McLaren por el campeonato de constructores en 2024, todo apuntaba a que la Scuderia daría el salto definitivo hacia el título.

Sin embargo, la realidad resultó ser completamente diferente. Ferrari no solo no logró cumplir con las expectativas, sino que experimentó un retroceso significativo que dejó a todos los involucrados con un sabor amargo. El equipo italiano terminó en el cuarto puesto del campeonato de constructores, una posición muy alejada de las aspiraciones iniciales.

Lo más preocupante fue la ausencia total de victorias durante toda la temporada. Para una escudería con la historia y el prestigio de Ferrari, pasar un año completo sin visitar el escalón más alto del podio representa un fracaso absoluto. Los problemas de rendimiento del monoplaza fueron evidentes desde las primeras carreras, y los ingenieros nunca lograron encontrar las soluciones necesarias.

Para Lewis Hamilton, la temporada significó un hito negativo sin precedentes en su ilustre carrera. Por primera vez desde su debut en la Fórmula 1, el piloto británico no logró subir al podio ni una sola vez en todo el año. Esta estadística resulta particularmente dolorosa para un piloto acostumbrado a luchar por victorias y campeonatos, y marca un contraste brutal con sus años de gloria en Mercedes.

La dura realidad de los resultados llevó a Ferrari a tomar una decisión estratégica importante: adelantar el enfoque hacia la temporada 2026. Con nuevas regulaciones técnicas en el horizonte, el equipo decidió sacrificar parte del desarrollo de 2025 para concentrar recursos en el proyecto del año siguiente, apostando por un reinicio que les permita volver a la senda del éxito.

Esta temporada quedará en los libros como un recordatorio de que en la Fórmula 1 nada está garantizado, y que incluso los fichajes más prometedores pueden no dar los frutos esperados si el paquete técnico no acompaña. Ferrari y Hamilton tendrán 2026 como oportunidad de redención, con la esperanza de que este año difícil sirva como aprendizaje para el futuro.